domingo, 1 de noviembre de 2015

La voz pasiva



Sí, hoy también voy a despotricar. Pero, cuidado, que me voy a meter en asuntos peliagudos (¿no os encanta esta palabra?)


No os extrañaréis si os digo que los tequieros hoy están infravalorados. Cada vez es más común decir que “te quiero” a cualquiera que conocemos más allá de un día. A priori a mí esto me parece muy bonito. A ver, entendedme, prefiero que se repartan tequieros a teodios. Pero, pensado fríamente, es otro ejemplo de lo distorsionadas que llegan a estar las relaciones hoy en día. Y no me refiero solo a las relaciones en las que se producen intercambios de fluidos (porque, amigos, “relaciones sentimentales” son todas aquellas que tengan un poco de importancia en vuestras vidas. Y pasa tres cuartas partes de lo mismo con “relaciones de pareja”. Sí, tienes una relación sentimental y de pareja con tu mejor amigo. Siento ser yo la que te lo diga). Bueno, soy consciente que he resumido ese tipo de relaciones a la parte física, pero es para entendernos. 


A lo que iba. Los tequieros se dicen hoy fácilmente. Y no os cuento ya cuando vas con dos copas de más y parece que “te quiero” es la única frase que sabes decir. Quizás habría que empezar a definir lo que conlleva esa frasecita que, a veces, tantos disgustos cuesta; más bien habría que acotar. Como diría Elisa, “te quiero de 5 años”. De todas formas, esto ocurre con algunas personas que, sinceramente creo, no tienen claro el concepto. Desde mi punto de vista, esto es desmerecer su significado. Si dices te quiero, lo dices bien.


Lo cierto es que hoy en día, si hablamos de relaciones de intercambio de fluidos, hay que explicar cada te quiero que se dice. Sobre todo si se lo estás diciendo a una persona que tiene tequierofobia [a propósito de fobias, ¿sabíais que existe la filofobia? Sí, sí; es el miedo a enamorarse]. Efectivamente, estas son las personas que jamás dirán te quiero. Puede ser que sea porque no son muy dadas a expresar lo que sienten, pero, según está la situación hoy en día, me atrevo a decir que es por miedo. Y este miedo es lo que provoca que pasivicemos los sentimientos; que vayamos desde explicar un tequiero (“te quiero, pero, a ver, no te asustes; no significa que me vaya a casar contigo mañana”) a utilizar expresiones como “se te quiere”, “se te echa de menos” (maticemos que hablamos de "pasiva refleja", si no me equivoco). Pero, a ver, ¿quién me quiere o quién me echa de menos? No os creáis que yo no he sido una de las criminales que ha usado esta expresión tan mortal. Precisamente, por haberla usado la defino así. 


¿Qué mierdas queremos decir con eso? Aplicando conocimientos de filóloga, la pasiva resta importancia al sujeto de la acción para dársela a la acción en sí. O sea que diciendo “se te quiere”, estamos diciendo que ALGUIEN te quiere pero no nos importa quién, lo importante es que te quieren. Joder, pues para decirme eso, no me digas nada, porque ya me puedo yo decir “tía, alguien te quiere, no sabes quién, pero es así” y a continuación me puedo ir a dormir con toda la tranquilidad de saber que alguien en este mundo me quiere (¿será Dios y tendré que reconciliarme con él?). Con toda sinceridad, las veces que yo he utilizado esta frase (bueno, más bien “se te echa de menos”) me ha dado un poco de repelús (otra palabra que me encanta), pero, claro, era una manera de pescar sin mojarte el culo. Es decir, decías la verdad pero no directamente y, por tanto, no causabas agitación en la receptora o el receptor que asume "me quiere pero no pasamos a la línea de incomodidad. Todo correcto".


Bueno, puedo llegar a entender que las relaciones en las que se intercambian fluidos están influidas por otras cuestiones adicionales y que, a lo mejor, decir un te quiero (cuando uno está preparado sin saber si el otro lo está) es un poco arriesgado para la salud de ambas partes de la pareja, pero ¿por qué reprimirse con un amigo o con un familiar? Con ellos no hay necesidad de explicarse, sabrán que hay muchos tipos de tequieros pero no huirán haciendo la croqueta. Querer, en mi opinión, lo único que implica es…. (aviso para personas sensibles y huidizas)... COMPROMISO. Sí, porque el compromiso empieza en el momento en que conoces a una persona y decides que va a formar parte de tu vida, ya sea en forma de amistad o de lo que queráis. Compromiso no significa estar encadenado a una persona para toda la vida, llevándoles la contraria a los señores de la Iglesia, sino dedicarse a cultivar la relación (y repito, cualquier tipo de relación). Que salga bien o no es otro cantar.


Vamos a intentar activar los sentimientos y a decir las cosas por su nombre (a ver, si sois muy vanguardistas igual queréis descontextualizar el nombre y darle otro significado, pero, si lo sois, al menos decidlo y así los demás intentaremos entender lo que decís :D). Y si no os sale, ¡coged a Shakespeare y llorad de amor!


Fdo: una cualquierexpresiondesentimientosfóbica, sobre todo de las que se dicen mal.

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