miércoles, 27 de julio de 2011

Pongámosle "Ángel y Leo". Diálogo de Sara Martínez ;)

Bueno, bueno!!Con el permiso de mi chati Cornerstone, voy a publicar una historia que escribí gracias a un diálogo que hizo ella. 
ENJOY THE STORY :D

Eran las diez de la noche. Llovía. La típica tormenta de verano. Sentados en la terraza, veíamos los paraguas de la gente que pasaba. Rojos; verdes… Uno con el Nacimiento de Venus, de Botticelli, captó mi atención. Sonaba música desde dentro de casa. Don’t let me down de The Beatles.
Tenía un cigarro en la mano derecha. Casi me quemaba los dedos. Un botellín de cerveza se resbalaba entre los dedos de mi otra mano. Estaba frío.
A mí mejor amigo, Leo, le acababa de dejar su chica. La zorra de su chica…
- Entonces, ¿se ha terminado?- pregunté. Leo se había fumado un paquete entero. Le temblaban las manos.
- Eso parece, tío- contestó. Miraba un punto fijo. En la calle, una pareja corría a meterse debajo de un portal para no mojarse.
- ¿Para siempre?
- Eso nunca se sabe, Ángel- dijo. Su respuesta fue precipitada. Tanto él como yo sabíamos que lo que quería era volver con ella.
- Sí, se sabe…se sabe cuando ves que, después de muchos intentos poco fortuitos, nada sale adelante y los pocos resquicios de amistad, donde se forjó la relación, han ido desapareciendo- le dije.
- ¿Tú crees?- respondió. Estaba nervioso. Se mordía las uñas. Una de ellas sangraba.
- No sé… ¿Qué crees tú?- pregunté. Leo chupaba la sangre. Le gustaba su sabor desde que éramos pequeños.
- Yo creo que aún no sé NADA, aún cuando pensaba hace apenas unas semanas que lo sabía todo… ¿Es eso posible; pasar del todo a la nada y de la nada a la más profunda indecisión?- preguntó.
- Es posible- contesté.
***
Ya habían pasado dos semanas desde aquella noche. Estábamos en el Retiro. Eran las seis de la tarde y hacía un calor pegajoso. Leo llevó las cervezas. Yo puse el tabaco. Volvíamos a ser dos. Los superhéroes de barrio. Cambiando las capas por unas Converse desgastadas. La ex de Leo era el puto villano.
- ¿Te has parado a pensar alguna vez en que para decir “yo te quiero” o “yo te amo” primero hay que aprender a decir YO? Es esencial encontrarnos a nosotros mismos antes de querer compartirnos con otra persona- le dije. Mi mejor amigo parecía desolado. En sus ojos se notaba un brillo extraño. Eso no pasaba cuando vivíamos aventuras de pequeños. Solo recuerdo ese brillo de una vez: cuando se murió Dylan, su gato.
- Pero yo quería compartirlo todo con ella- respondió con una voz que me partió el corazón e hizo que mi cigarrillo se resbalara de mis dedos. Bebí un trago de cerveza.
- ¿Y cómo vas a compartir algo que aún no tienes?... Todos, desde un principio, estamos perdidos y el camino para encontrarnos a nosotros mismos es largo y muchas veces poco fructífero…no sabemos si puede durar meses, días o años…- dije.
Nos levantamos. Fuimos al metro. Faltaban tres minutos para el siguiente tren.
- ¿Y qué hago para encontrarme?- dijo Leo. Tardé un poco en responder.
- A esa pregunta yo no tengo la respuesta…quizás no la tenga ni para mí mismo…- contesté.
Leo sonrió. Me dio un empujón. Uno de esos empujones que se dan los colegas; los colegas de verdad.

Agradecimientos a Sara por su espléndido diálogo :)