sábado, 10 de mayo de 2014

La madurez pa' la fruta

Y de repente llega ese momento. Ese momento en el que miras fotos en el Facebook de las que fueron tus compañeras de colegio e instituto y las ves creciditas y todas monas con sus vestiditos y sus viajes. Muchas de ellas con novio desde hace bastante. Otras sin novio pero con objetivos bastante claros. Y salen en todas las puñeteras fotos bien (¿cómo lo hacen?) Y luego te observas a ti misma. No hace falta que sea en modo trascendental y tengas que irte a hacer el Camino de Santiago para encontrarte, vale solo con mirar TUS fotos de FB. Y, claro, ya sabemos que las comparaciones son odiosas pero no puedes evitar comparar. Y ahí estás tú: con tu camiseta de AC/DC y tu jersey de los Rolling, sin maquillar y casi siempre con algo de alcohol en la mano… sí, es cierto que a veces te arreglas un poquito, pero incluso con tus mejores galas haces el tonto. Estás crecidita; cierto es. Y has hecho muchos viajes; cierto es. Y sales decente en algunas fotos; è vero è vero. Pero no te engañes, la mayoría de tus fotos son haciendo el canelo.

Te ves así con 22 tacos y te preguntas “madre de Lennon, cuando tenga 30, ¿seguiré llevando en mi ropa grupos de música o cambiaré y solo llevaré vestiditos color pastel y zapatos?”. Y es ahí cuando te sale tu don de predecir un posible futuro (vaya mierda de don que ni siquiera es certero con seguridad) y te ves con 60 años, limpiando el polvo con una camiseta de Rulo al son de "Highway to Hell", para animar las tareas del hogar. Probablemente contándoles historias a tus nietos de lo bien que lo pasaste de Erasmus y recomendándoles que usen protección. Abuela enrollada. Entonces ahí ya es cuando giveas up y dices “creo que nunca voy a madurar”.

Y, bueno, vamos a ver, es cierto que MADURAR es una palabra muy grande. No solo va de cambiar tu ropa. Va de ser responsable, seria, de sopesar (qué palabra tan bonica), de vivir nuevas experiencias… Pero, joder, es que esas nuevas experiencias en mi mente se ven muy turbias. Siempre con un fondo gris. Como si madurar fuera perder el color (al menos los alegres). Entonces es ahí cuando te das cuenta de que prefieres ser así. Prefieres salir con tus compis de la uni a un bareto de mierda donde te dejen entrar con unas Converse (o la versión del Primark) y puedas saltar y que te mire todo el bar como diciendo “estos críos de mierda cada vez se dan antes al alcohol” (y digo críos porque con nuestras pintas y acciones no nos pueden considerar de otra forma) antes que ir a la disco de moda con unos zapatos insuperables con los que no puedes ni caminar y a mitad de la noche ya estés deseando salir de ahí para ponerte las manoletinas de repuesto. Creedme, sé de lo que hablo, yo eso lo he vivido. Eso sí, en ocasiones no te queda más remedio que sucumbir a las convenciones sociales (véase bodas, bautizos y comuniones….y graduaciones) aunque tú lo que quieras es plantarte unos vaqueros a la roca (de esos que aunque se llevan ahora tú estás convencida de que los llevas de otra forma), una sudadera/ chaqueta y una camiseta cuca (porque sabes que hará calor cuando lleves 8 cubatas en la barra libre).

Ojo, que no estoy en contra de la gente que se arregla, que esto no va de criticar. Cada uno es como es y estoy segura de que habrá gente que lo haga porque le salga de dentro y no porque el resto de la humanidad lo haga. Y eso es lo que cuenta. Por eso, yo prefiero que me llamen cría (aunque tenga unos pocos años más) y salir en las fotos haciendo el tonto, y verme en algunas más decente (pretendiendo que tengo alguna posibilidad de futuro) y no perder esos colores que yo imagino se pierden cuando llegas a la MADUREZ… A ver, es cierto que ya no se ven las cosas como cuando se era más joven y lozana. Pero, tíos, qué más da, hay momentos y momentos. Yo quiero ser como mis padres. Con 50 años (aprox) y que siempre saquen una sonrisa a los de su alrededor. Despertarme con 50 años e ir a ver a mi hija, coger un peluche y hacer como si el peluche hablara para despertarla a ella… Coger con 50 años la tabla de planchar y cantar Satisfaction porque como ella dice “es más de los Rolling”…. Recoger la mesa con 50 años e ir cantando canciones de los Beatles mientras compites con tu hija por ver quién acaba antes de recoger y le toca pasar el trapo al hule…. Cantar con 50 años la flautita de California Dreamin’ en la puerta del baño mientras tu mujer se arregla y que ella abra la puerta enfadada y al final se acabe uniendo…


Que hay que ser maduros: correcto. Pero que nunca se deje de cantar porque al final todo va de eso y que nunca se pierda ese toque de colorida inmadurez (que parece que no, pero es una palabra supersuperbonica).