martes, 22 de marzo de 2016

Bárbara Unchained. Sin letras mudas.



Antes de dedicar la entrada a lo de siempre: a divagar y ordenar ideas, quiero dedicar unas palabras a un amigo. No se hace público porque no tiene la necesidad de que lo lea todo el planeta; escribe para desahogarse. No creo que haya una manera más pura y sincera de escribir. Es increíble cómo se expresa y cómo consigue hacerme conectar con él. Cómo te introduce en su pensamiento y te lleva a creer que lo estás escribiendo tú (aunque él tiene mucho más estilo). Tiene la desfachatez de presentarse en tu pensamiento. Sin permiso. Sin llamar. Te lo encuentras en el salón en el momento perfecto. Así es él. Os dejo aquí un pedacito de él y que me perdone por aventurarme a compartirlo: http://wehavealiftoff.blogspot.com.es/

Dicho esto, al lío.

Estoy en la fase de querer vivir libremente, cosa que parece que no he hecho hasta ahora. No tengo claro cómo enfrentarme a esta decisión, pero algo que quiero para conseguirlo es 1) irme de casa, 2) expresar todo lo que me reconcome. Efectivamente, como muchos estáis pensando, aún no he conseguido ninguna de las dos. ¿Cómo se consigue? La primera cuesta dinero; la segunda cuesta sinceridad y valentía…
A mí me está costando mucho profundizar en mis pensamientos y sentimientos. ¿Será que no lo consigo por miedo? Hace poco asumí y llamé por su nombre a un sentimiento que llevaba arrastrando mucho tiempo, pero sigo sin nombrarlo en voz alta. Es decir, vaga por mi cabeza, pero es impronunciable. Todavía no me he atrevido a escribirlo. Como si escribirlo fuera un momento de desnudez, vulnerabilidad y confirmación absoluta. Después de 23 años todavía no me he sincerado conmigo misma. Y ahora me doy cuenta de lo duro que es vivir así. Es como si pensaras que te persigue alguien y hasta que no te giras y compruebas que no te sigue nadie, que eres solo tú, tu sombra, no descansas (parcialmente, porque es posible que tú también asustes). Pero hasta que te giras el pensamiento te persigue, te ataca en sueños, te desvela, te hiere.
Una persecución interminable. Todo por miedo a lo que te puedas encontrar detrás de ti. ¿Qué pasa si no es tu sombra? Mejor prepararse para encontrar a la reina de las sombras y que luego resulte ser tu humilde y plebeya oscuridad. Entonces solo tendrás que combatir contigo misma (que ya es bastante).

Paso 1: Respirar

Paso 2: Abrir la ventana

Paso 3: Grita

Paso 4: B unchained.

No hay comentarios:

Publicar un comentario